domingo, 6 de marzo de 2016

CAPITULO XII




CAPITULO XII

Zoroastro abrió los ojos ante los golpes insistentes de su puerta y miro a Nico, que dormía agotado a su lado en la cama.
Los sirvientes del conde les habían ofrecido habitaciones separadas pero después del asesinato del abad, habían preferido dormir todos juntos en la misma habitación. Sofía estaba de pie tras la puerta, sin atreverse a abrir y miro a Zo con miedo en los ojos.

- ¿Que? ¿Quieres que abra yo por si es el maníaco de Riario me mate a mi primero?

Sofía sonrió, y Zo negó con la cabeza a la vez que se levantaba.

- Igualita que tú hermano... No podéis negar que sois familia...


Zo abrió la puerta y casi se cayó al suelo cuando Leonardo entró a toda prisa.

Miro a su hermana y a Zo y poniendo los ojos en blanco se acercó a Nico para despertarlo.

- Leo... Tienes sangre en la garganta...

Sofía camino hacia su hermano pero este no le hizo caso.

Estaba parado en medio de la habitación, moviendo los dedos en su característico tic y divagando y Zo suspiro con resignación.

- Yo me encargó, preciosa. ¡Leo! ¿Que coño te pasa, amigo?

Leo pareció volver de donde quiera que se había ido su mente y miro a sus tres amigos con determinación.

- El monstruo de Florencia ha vuelto y lo tengo atado a la cama de Riario.

- ¿Que qué?

Zo empezó a pasear de un lado a otro y Nico se frito los ojos con sueño.

- No tendré que volver a perseguir a Zo por los tejados para otra de tus tretas, ¿no maestro?

Sofía no entendía nada y los miro a los tres con curiosidad.

- ¿Quien es el monstruo? ¿Por qué esta en la habitación del conde?

Zoroastro suspiro y la miro con pesar.

- Porque el monstruo es Riario, o algo así... Algo con un veneno.... Nunca termine de entenderlo.

- Riario está enfermo. Debido a los abusos de Sixto y al veneno que uso el Laberinto para convertirlo a su causa, su mente se desdoblo en dos.
Él no tiene la culpa. Yo lo Cure, pero creo que el pecador vuelve cuando el Girolamo que conocemos no puede afrontar algo físico.

Explicó Da Vinci. Sofía pareció entenderlo y señaló su cuello.

- Y por eso tienes sangre en la garganta. El monstruo te atacó.

- No, Sofía... Eso es un mordisco y a Leo no parece importante demasiado. Yo diría que más bien es una marca de amor.... Joder, Leo. ¿Puedes pensar de vez en cuando con la cabeza y no con la polla cuando estas cerca de ese hombre???

-Pues no. No puedo... Dentro de un par de horas es el cónclave y Riario ejerce de camarlengo ya que el camarlengo auténtico, Rodrigo, fue asesinado. No preguntes ahora, Sofía. Te lo explicaré todo más tarde.

Sofía alzó las manos en gesto de rendición y negó con la cabeza.

- La cuestión es que Riario no puede ir si no recupera la consciencia y yo tengo que esconderle y necesito ganar tiempo.

Zo grupo y se cruzó de brazos.

- ¿Y por qué sólo no lo matas y terminamos con esto? Muerto el perro, se acabó la rabia...

Sofía le dio un golpe en el brazo y Zo la miro ofendido.

- Si no quiere hacerlo Leo, puedo hacerlo yo...

Leo se froto el labio nervioso y cuando Sofía, Zo y Nico empezaron a discutir, perdió la poca paciencia que le quedaba.

- ¡Callaros! ¡Callaros los tres de una puta vez y dejadme pensar!

Los tres se callaron de golpe, mirándolo asombrados.

- Este es el plan. Sant Angelo comunica directamente con San Pedro. . Toda una red de túneles se mueven por debajo del Vaticano y tenemos que llevarnos a Riario de aquí lo más deprisa que podamos y sin levantar sospechas y de paso inventarnos una excusa que justifique su ausencia. Aquí somos herejes y el cardenal Battista nos tiene ganas.

-Pero hermano... ¿No es más fácil esconderlo dentro del mismo Sant Angelo?
Si decimos que se ha ido a Florencia, o a Nápoles, el último lugar donde lo buscarían es aquí.

El apartamento papal de la cuarta planta esta vacío ahora, y luego están las mazmorras de las plantas inferiores...Esto es una fortaleza, y debe haber un montón de sitios donde esconder al señor conde.

Nico asintió con gesto afirmativo y Zo se acercó a ella y cogiéndole la cara entre las manos la beso, sorprendiéndolos a todos.

-¡¡¡Pues claro que sí!!! Eres un genio, Sofía.


Leonardo lo pensó durante unos segundos y sonrió a su hermana.

-Tengo un taller aqui. Está en la primera planta, en una zona en desuso. Girolamo lo construyo para mí y si conseguimos mantenerlos a todos apartados con la excusa de que estamos examinando el cuerpo del abad, nadie os molestara y yo podré curarle.

 - ¿¿¿Y como piensas despistarles??? Porque si Riario desaparece por arte de magia ese cardenal te culpara a ti, luego a nosotros y terminaremos todos ardiendo en la hoguera o ahorcados.

Leo sonrió, arrugado la nariz y apoyo sus manos en los hombros de Zoroastro.

- De eso te encargaras tú. Escribirás una carta haciéndote pasar por Girolamo y dirás que te ha surgido una urgencia que no puedes eludir.

- ¿Yo? ¿Estás loco, Leo? Tú eres el artista...

- Y tu un estafador... Zo.

Zoroastro se froto la cara suspirando.

- No sé cómo te las apañas que siempre termino involucrado...Pero lo haré...

Leo lo besó con alegría, cogiendo su cara entre sus manos y grito de júbilo.

Tras reiterarle lo loco que estaba, Zo y Leo fueron a por Riario. Gracias a dios aún estaba inconsciente, lo que hizo su traslado al taller de la primera planta mucho más sencillo y aunque Zo tenía unas ganas increíbles de dejarlo caer al suelo mientras lo transportaban, no lo hizo, pero cuando Leonardo le pidió que cogiera la llave que llevaba  el conde al cuello, miro a su amigo como si le hubieran salido tres cabezas.


-¿que yo haga qué? Perdona Leo, pero no pienso acercar mis manos a sus dientes ni aunque me esté envenenando y el lleve el antídoto colgando de las orejas.


-Zo, por favor...No te va a morder.


-Que no. Bastante te ayudo llevándolo. Te lo dije...Te dije que te iba a traer problemas, y aquí estamos...Moviéndonos por los túneles de Sant Angelo y raptando a este...

Leo cogió la llave y se la tendió a Nico, que ya esperaba con Sofía fuera del taller.

Les dio las instrucciones para abrir las puertas y cuando los dos muchachos jóvenes lo hicieron, el paso con Zo y Riario.


-¡¡¡Ostia puta Leo!!! ¡¡Es tu taller!!


Zo no salía de su asombro al observar la estancia.


-Riario tiene una memoria como la mía. Puede recordar todo lo que ve. En cierto modo el también es un artista...

-Pues dile al genio que despierte, y vayámonos de aquí cagando ostias antes de que nos descubran y nos maten a todos.


Leo no le hizo ni caso y tendió al conde en su cama, encadenándolo a los postes y asegurándose de que las ataduras no le hicieran daño.


-Volved a vuestras habitaciones, y actuad como si nada de esto hubiera pasado.


-ten mucho cuidado hermano...


-No te preocupes por mí, Sofía.


Tras darles instrucciones de como debían actuar y de que Zo hiciera la carta para el cardenal Battista, Leo preparo lo necesario para curar el feo corte que le había hecho en la mejilla con el crucifijo y cuando froto la sangre con un paño húmedo, oyó a Riario gemir mientras volvía en sí.




continua en el capitulo XIII

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2 comentarios:

  1. Zo es un HP!!! Al no tener a Leonardo odia a Riario pq el si lo tiene, pero descuida Zo...Sofia es toda tuya \(^_^)/

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  2. Ese pecador, es bastante interesante. . Gracias preciosa por compartir

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