domingo, 21 de agosto de 2016

UN ARBOL JUNTO AL TIBER CAPITULO 2 (fan fic Leario)


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VIENE DE: CAPITULO 1



CAPITULO II

Leonardo y el conde llegaron a Florencia justo antes del anochecer y tras dejar los caballos en el establo el artista los guio a su estudio.
La estancia era un caos lleno de papeles, cuadernos, utensilios de pintura y demás inventos en los que Da Vinci mantenía ocupada su atribulada mente y Girolamo frunció los labios al ver una caja con un mecanismo familiar sobre uno de los bancos de trabajo.
Casi por inercia, sus pies se dirigieron hacia allí y la acarició con unos dedos largos y elegantes.

-¿Esta también explota si la golpeas con fuerza?

Pregunto en un susurro casi sin darse cuenta de que su voz salía crispada y Leo asintió, orgulloso de su trabajo.

CAPITULO XLVI


CAPITULO XLVI

Horas más tarde, Leonardo, Girolamo y Sandro estaban agotados de tanto buscar y Sandro se dejó caer sobre unos jergones de paja, respirando entrecortadamente y se secó el sudor de la frente con la manga de su camisa.

- No hay nada que hacer... Luca se ha marchado.... A este paso ya debe de estar en Nápoles o Milán... La he perdido para siempre.

Se lamentó el pintor frotándose la cara.

Leonardo lo miro con algo parecido a la pena, y tras girar los ojos en blanco, le tendió una mano para que se levantara.

-Vamos, Botticelli. Es imposible que haya llegado a Nápoles o a Milán. No tiene tiempo. Vayamos hasta Livorno a ver si ha intentado coger un barco, ya que no la han visto ni a caballo ni a pie intentando salir de la ciudad.

CAPITULO XLV



CAPITULO XLV

Sandro se despertó, con las primeras luces de la mañana. La cabeza le dolía terriblemente y cuando se incorporó, el mundo empezó a girar y se cubrió los ojos con el brazo, sufriendo los síntomas de una gran resaca.

Sentía la boca pastosa y como si alguien golpeara su cabeza con un martillo y rodo para incorporarse, plantando los pies descalzos en el suelo.

Al principio no sabía muy bien donde se encontraba, pero luego recordó a la preciosa mujer de pelo negro y se giró a buscarla, palpando el mullido lecho con sus manos, pero en la cama no había nadie más que el lio de sabanas de donde se había levantado y el artista sintió como su corazón daba un vuelco.

sábado, 6 de agosto de 2016

CAPITULO XLIV



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CAPITULO XLIV

Todo estaba a oscuras y no se veía nada. Leonardo estiro las manos y tocando su piel desnuda frunció el ceño.

-Señorita Gianni... ¿estas llorando?


Pregunto el artista al oír los gemidos ahogados de la chica, pero ella no contesto. Sabía que si hablaba, su voz la delataría y se quedó en silencio, intentando levantarse, pero se había enrollado en la sabana y no era tarea fácil.

Leonardo siguió palpando para asegurarse de que era ella y de repente se oyó un sonoro chasquido y empezó a escocerle la cara donde la chica le había dado un bofetón.

-¡¡¡Quita tus manos de mis tetas, joder!!!

Protesto Luca levantándose de encima y Leonardo a su vez se quejó por el golpe.

CAPITULO XLIII


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CAPITULO XLIII

- Sandro...Escúchame fumoasa mea... Yo no soy...


Susurro Luca pero sus palabras murieron en los labios de Sandro, cuando la beso con suavidad, pero también con urgencia y ella sintió un vuelco en el corazón al darse cuenta de la desesperación que ocultaba esa húmeda caricia con sabor a vino.
La desesperación de un hombre roto en busca de un poco de felicidad, de un poco de paz para su alma atormentada y Luca simplemente se dejó llevar por el roce de esa boca contra la suya y le devolvió el beso levantando  sus manos y hundiendo los dedos entre los rizos rubios y espesos del artista y al hacerlo, la sabana con la que cubría su cuerpo, cayó al suelo y su cuerpo desnudo quedo presionado contra el amplio pecho del pintor y las caricias de la boca de Sandro se tornaron más urgentes, mas hambrientas, abriéndose paso en sus labios con su lengua y sin dejar de agasajarla con sus besos ni un instante, la levanto con facilidad del suelo, agarrándola del trasero y ella envolvió su cintura con sus piernas a la vez que tiraba de la camisa de Sandro para quitársela.